Si te dijera.

Que no importa hasta dónde,

porque cada idea me calcina

como los años que transcurren debajo de la cama

y que despiertan en la madrugada.

Los pasos se vuelven costumbres que hieren,

pero no importa que el cielo arda pues ya no veo,

y mientras el mar se seca en un instante,

mi cuerpo se vuelve viento.

Hoy despierto con las voces de los dioses

porque son mis miedos los que se vuelven triunfos.

Las vestimentas oscuras se subliman con las alas

las de la dona que resurge de las cenizas.

Son palabras que se vuelven polvo.

Sentimientos que se esfuman.

Fuego insaciable que devora cada llaga

y se forma el universo en mi garganta

Hoy despierto y no importa dónde.

Hoy despierto y no siento cuerpo.

                 Despierto y no necesito.

Hoy despierto sabiéndome diosa.

En cada línea que traza mi destino.

"Si te dijera que no importa dónde".

Mar Villa